Sin lenguajes no hay posibilidad de realizar actividades comerciales, ni políticas, ni de comunicar nada. Español, portugués y lenguas indígenas tienen diferentes escenarios en Latinoamérica, pero su análisis y estudio son, en cualquier caso, obligatorios para conocer el mundo latinoamericano en su pasado, presente y futuro. El español, la segunda lengua más hablada del mundo, que hay que cuidar, proteger y promover.
El lenguaje no tiene fronteras
¿Por qué? Bueno, porque la variedad y riqueza lingüística de Latinoamérica es digna de conocerse y estudiarse desde todos los puntos de vista, traspasando fronteras, ya que ninguna lengua es más homogénea que la nuestra, que, a pesar de las diferencias van marcadas por los regionalismos latinos según cada país.
Así que se puede decir que en Latinoamérica tenemos diversas variedades dialectales del español, como en todos los demás países, son mezclas que se han ido creando de la variedad de los idiomas de los emigrantes, como los de todos los nativos de cada país. La diferencia la marca simplemente el gentilicio de cada región, así se ubica directamente y se identifica sin la menor duda de qué estamos hablando de las palabras propias de una zona.
Estrechando lazos
Lo bueno es que, independientemente de qué país sea nuestro español, podemos comunicarnos fácilmente con cualquier persona hispanohablante, a pesar de las diferencias que la marcan las variantes, donde perceptiblemente cada uno tiene sus características tanto fonéticas como de sintaxis, así como de léxico y semántica, aunque la mayoría se base en la gramática castellana y sus reglas, la lengua latina es enormemente rica porque una palabra tiene diferentes significados según la zona.