Generalmente cuando se escucha hablar de Bloody Mary se piensa de manera inmediata en el popular cóctel creado por un bartman de Nueva York llamado Fernand Petiot, sin embargo, lo que pocos saben es que esta bebida fue llamada de esta manera inspirándose en la reina María I de Inglaterra, la tercera mujer en acceder al trono inglés, siendo la única hija de Enrique VIII y Catalina de Aragón que sobrevivió ya que muchos de sus hermanos nacieron muertos o fueron abortados de manera espontánea.
Recibir un apelativo tan estremecedor como Bloody Mary, es decir, María sangrienta, no fue algo gratuito, pues la verdad es que a pesar de su breve reinado fue quien lideró una ola de sangre contra todo aquel que se mostrara en contra de la reinstauración del catolicismo.
María Tudor, la reina sanguinaria
Puesto que era una católica ferviente, una vez llegó al trono se encargó de revocar todas las leyes que se habían instaurado a favor del protestantismo, por consiguiente, inició una represión de tal magnitud que alrededor de 284 personas terminaron condenadas a morir en la hoguera.
Aunque varios hechos fueron los causantes de que actuara casi que, como una máquina de odio, nada es suficiente para justificar que se diera a la tarea de teñir las calles de sangre y que permitiera que los cadáveres se acumularan en las calles de Londres convirtiéndola en una ciudad casi que fantasma. Su muerte fue un 17 de noviembre de 1558 en el palacio de Saint James con apenas 42 años.