Quizá el kale pueda pasar desapercibido ante los ojos de muchas personas que simplemente la asocian con cualquier otra hortaliza, pero realmente se trata de un alimento de origen vegetal tan nutritivo, que actualmente los amantes de las ensaladas y “comidas verdes”, acostumbran a consumirlo aún más que las espinacas.
Y es que además de contener un cóctel de elementos beneficiosos para el cuerpo, como hierro, calcio, vitaminas A y K, entre otras, esta especie de “col rizado” cuenta con una textura excepcional, por lo cual, las recetas con kale se han ido convirtiendo en las mejores acompañantes de tu plato principal.
Recetas sanas y sencillas
Debido al alto valor nutricional del kale, son muchas las recetas sanas y sencillas que podemos realizar utilizando pocos ingredientes.
El kale al ajillo es una de las más fáciles, pues solo necesitamos sal, 3 ajos, aceite de oliva y 200 gramos de la hortaliza.
Para prepararla es necesario sofreír los ajos en el aceite de oliva hasta dorarlos, retirarlos e introducir las hojas para saltearlas.
Posteriormente las quitamos del sartén evitando cocinarlas mucho tiempo, y las mezclamos en un recipiente junto a los ajos y la sal al gusto.
Otra receta rápida que puedes hacer en casa, es la sopa de kale y espinacas, la cual podrás servir en cuestión de pocos minutos.
Además, se trata de un plato sencillo en el que usarás un par de ajos, 2 tazas y media con agua, 1 taza de kale, otra de espinacas, 1 cucharada de vinagre y 1 más con sésamo.
Su preparación consiste en licuar todos los ingredientes hasta obtener una mezcla suave, que de inmediato pasaremos a una olla para dejarla hervir.
Ensalada de kale y aguacate
Si de recetas rápidas hablamos, no podemos dejar de mencionar la ensalada con kale y aguacate, una combinación simple, sana y deliciosa.
En este caso, la mitad de un aguacate será más que suficiente, pero debemos acompañarlo con aceite de oliva, 3 tomates, 1 cucharada de salsa de soja y, por supuesto, 100 gramos de kale fresco.
El primer paso del proceso es lavar la hortaliza y retirar el área central de cada hoja junto al tallo, para luego picar el resto.
La salsa de soja, el aguacate y el aceite de oliva lo debemos batir en la licuadora, añadiendo agua si notamos que queda espesa.
Al terminar, lo mezclamos en un recipiente con las hojas de kale, cortamos rodajas de tomate y se las añadimos para poder servir.
Vale destacar que las propiedades del kale incluyen ácidos grasos de omega-3, y la cantidad de calcio que posee es mayor al de la leche.
Esto le convierte en un alimento mucho más saludable, coadyuvando así a la prevención de problemas comunes como la obesidad.