Como una necesidad biológica que hace parte de la vida cotidiana, el sueño siempre ha sido una gran incógnita para la ciencia y es que, aunque inicialmente se le concebía como un fenómeno netamente pasivo, gracias a las muchas investigaciones al respecto, se ha podido establecer que lo que hace el cerebro mientras dormimos es algo absolutamente maravillo y fundamental para la existencia.
Aquel estado de reposo donde se suspenden los movimientos voluntarios y las funciones sensoriales, definitivamente tiene una razón de ser, más allá de procurar descanso y la recuperación de la energía para el individuo, veamos entonces con algo más de detalle, de que se trata todo esto.
El sueño y el cerebro
Cuando se duerme durante la noche y en las condiciones ideales, el cerebro da inicio a un proceso de eliminación de toxinas que busca sacar del sistema todas esas moléculas tóxicas que se han acumulado a lo largo del día; si esto no se hiciera, se dispararía en grandes proporciones la tendencia a enfermedades neurodegenerativas.
Por otra parte, el cerebro saca partido del estado de calma para un mejor procesamiento de la información, esto es lo que ocasiona que al día siguiente la persona pueda tomar decisiones de manera más fluida.
Cabe señalar que se ha llegado al consenso de que en una media de 8,3 horas podría encontrarse el punto óptimo de descanso, es por ello que quienes no duermen lo suficiente, empiezan a evidenciar una serie de cambios metabólicos y hormonales, además de presentar una mayor tendencia a la diabetes y a la hipertensión.