Muchas veces hemos oído sobre el cambio climático, sobre sus posibles soluciones y que es un peligro mundial. Pero muy pocos sabemos que la lluvia ácida es, esa consecuencia peligrosa que forma parte del cambio climático.
La lluvia ácida es un fenómeno ambiental, una consecuencia de la contaminación producida durante varios siglos por la humanidad. Este artículo estará dedicado a explicar cómo se produce y cómo afecta este fenómeno, pero si desean información más detallada, pueden dar clic aquí.
Formación de la lluvia ácida
Lo que conocemos como la lluvia ácida, se produce por la reacción de gases con la humedad. Esta humedad la encontramos presente en el aire, siempre está ahí solo que no la percibimos todo el tiempo. Los gases que reaccionan con la humedad, por el contrario; vienen directamente de las fábricas y calderas.
A diferencia de la composición normal del aire, estos gases liberan óxidos de azufre y óxidos de nitrógeno. Estos óxidos reaccionan con la humedad, creando sus respectivos ácidos, que precipitaran en forma de lluvia. Lo más peligroso de estos ácidos es que son inestables o corrosivos, causando daños a ecosistemas, estructuras, animales y personas.
Conforme se liberan más gases de la quema de combustible fósil, y sus derivados, aumenta su concentración. Y si así seguimos, las precipitaciones serán cada vez más ácidas, y más constantes.
Los daños comienzan desde los suelos, donde los nutrientes reaccionan con estos ácidos para consumirse. Al desaparecer, las plantas pierden sus recursos alimenticios, por lo que se ven muy afectadas en su desarrollo. Así continúan los efectos, subiendo cada vez más la cadena alimenticia.
En consecuencia a estos, el daño ambiental derivado de la lluvia ácida se intensifica hasta el punto de comprometer un ecosistema completo. Afectando primeramente los ríos y lagos, que surten de agua y nutrientes a platas, flores y árboles. También, existen riesgos asociados de la salud, y a la infraestructura
¿Existe alguna solución?
Actualmente se siguen buscando soluciones para mitigar los efectos de la lluvia ácida. Se han realizado aportes desde el punto individual, hasta la acción mundial. A nivel individual, muchas personas han optado por disminuir el uso de vehículos que utilizan combustibles cuya elaboración o procesamiento incluye azufre y otros componentes nocivos al medio ambiente.
Se habla mucho del uso de combustibles más eficiente que tienen menores emisiones de dióxido de carbono y dióxido de azufre así también como de formas más limpias de generar energía eléctrica como son los ya conocidos paneles solares y los generadores eólicos.
A nivel mundial, muchos países se han comprometido en disminuir las emisiones de gases industriales. Esto, a través de mayores impuestos a fábricas e industrias que no disminuyan la liberación de gases nocivos, evitando la formación de la lluvia ácida. Así también, optaran por promover planes para uso de energías alternativas a la quema de combustible fósil.