Entre los muchos insectos que se encuentran a nuestro alrededor, las pulgas se distinguen por afectar tanto a animales como humanos pues al alimentarse exclusivamente de sangre, no muestran mayores reparos a la hora de establecer un buen proveedor. Puesto que nosotros también podemos ser blanco de picaduras de pulgas, resulta determinante tener claridad sobre las implicaciones de esto para la salud y por supuesto como tratarlas para que no desemboquen en algo más complejo.
Cabe señalar que entre las características de las pulgas más evidentes se encuentra no solo su gran agilidad para saltar, sino también su tonalidad oscura y el hecho de no tener alas. Su tamaño su suele superar los 3,mm, son realmente veloces y acostumbran a elegir como hábitat el pelaje de las mascotas y elementos de la casa tal y como es el caso de las alfombras y los sofás acolchados.
Cómo tratar una picadura de pulgas
Normalmente, cuando las pulgas pican al ser humano este experimentará un dolor intenso pero muy breve seguido por enrojecimiento de la zona, puntos rojos o ronchas, dolor, inflamación y por supuesto la tan popular comezón. Además de lavar muy bien el área afectada con un jabón neutro y agua tibia, se pueden poner en práctica las siguiente sugerencias.
- Compresas de té: puedes usar té verde, de manzanilla o negro. Simplemente prepara la bebida tal y como acostumbras pero en lugar de beberla utiliza el líquido para humedecer un paño y ponerlo sobre la zona afectada, a cambio del paño, puedes poner el saquito de té en forma directa.
- Ungüento de aloe vera: toma una hoja de sábila y extrae el gel de aloe vera, luego aplica sobre las ronchas y cubre con una gasa por unos minutos para que el producto se absorba mejor. Notarás un efecto calmante y de paso tendrás los efectos de un antiséptico y calmante natural.
- Bicarbonato de sodio: con una cucharada de bicarbonato de sodio y unas cuantas gotas de agua, crea una pasta para cubrir la picadura, deja unos minutos y luego enjuaga.
- Miel con limón: la idea es que incorpores cuatro cucharadas de miel con dos de zumo de limón y pongas la mezcla a calentar. Una vez se encuentre tibia, ponte esta mezcla sobre la picadura y cubre con una gasa.
- Vinagre de manzana: mezcla dos partes de agua con una de este vinagre y lleva a la nevera, cuando el líquido se encuentre muy frío humedece una gasa con el y deja caer gotas sobre la zona del problema, permite que se seque por sí mismo.